¿Cuál es la mejor luz para estudiar?

Una buena luz para estudiar te ayudará a concentrarte y cuidar tus ojos. Su situación y orientación, su intensidad, su color o su consumo son determinantes para conseguir la mejor luz para tu sesión de estudio.

De media, dedicamos entorno a 2 años de nuestra vida a estudiar. Pero ¿estamos estudiando de la manera correcta?

Elegir un espacio y ambiente adecuado para nuestra concentración y salud es necesario para el máximo rendimiento del estudio. Y en esta elección, tiene que ver mucho a iluminación. Una iluminación incorrecta nos llevará a forzar la vista, dañándola y provocando problemas como escozor y enrojecimiento de los ojos o cefaleas.

 

¿Cómo elegir la luz adecuada para estudiar?

 

En general, podemos considerar que la iluminación más adecuada para estudiar y para realizar actividades que requieran enfocar la vista es aquella que cumple con estas características:

 

  • Luz homogénea: debe ser uniforme entorno al lugar donde nos situamos y los elementos implicados en el estudio (libros, apuntes, pantallas…) que es donde fijamos la mirada.
 
  • Luz con una intensidad correcta: ni muy intensa, ni muy tenue.

 

Consejos para obtener una iluminación correcta para el estudio

Por situación y orientación:

 

Luz cenital: procura que la iluminación principal de la zona venga desde arriba. Si eres diestro, la luz debería venir por encima de tu hombro izquierdo, para no generar una sombra que se proyecte contra tus materiales de estudio. Si eres zurdo, intenta siempre que la luz venga desde la parte superior de tu hombro derecho por los mismos motivos.

Luz dirigida: añade una luz que se centre en tu material de estudio. Utiliza un foco que se pueda orientar para ajustarlo a tus necesidades y evitar los molestos reflejos.

La combinación de estos dos tipos de iluminación es clave para crear un ambiente perfecto para el estudio.

 

Por intensidad:

 

Es recomendable que puedas graduar la luz para adaptarla a tus necesidades, especialmente en el caso de la luz dirigida. Mientras estudias, no es lo mismo leer un libro que subrayar unos apuntes o estudiar directamente desde un ordenador o una tablet.

 

Para controlar la intensidad de la iluminación de un espacio te será útil conocer qué es un lumen. Esta unidad de medida sirve para conocer cantidad real de luz (flujo luminoso) ambiental que emite una fuente de luz. A mayor cantidad de lúmenes, más iluminada estará la estancia.

 

Por otro lado, tenemos la unidad del lux, que sirve para medir la iluminancia o nivel de iluminación. Un lumen por metro cuadrado es un lux. Con este sencillo ejemplo, lo entenderás: si en tu habitación tienes una lámpara de 1.000 lúmenes, y la superficie de la sala es de 10 metros cuadrados, el nivel de iluminación será de 100 lux.

 

Sabiendo esto, podrás elegir las bombillas que te ofrezcan los lúmenes necesarios para la iluminación correcta de tu habitación, con una estimación de 90 lúmenes por vatio (90 lm/W). Otro dato que debes tener en cuenta es el número de lúmenes necesarios para iluminar adecuadamente un metro cuadrado dedicado al estudio: entre 400 y 500.

 

Por temperatura:

 

La temperatura o color de la luz puede ser fría, neutra o cálida. Las luces frías están especialmente indicadas para actividades que requieren concentración, detalle y centrar la vista en distancias cortas. Se mide en Kelvins.

 

En este sentido, la luz fría tiene un efecto activador de los ritmos circadianos, es decir, es estimulante ya que frena la producción de la melatonina, la hormona producida por nuestro cuerpo que regula los ciclos de día y noche o los ciclos de sueño-vigilia. Su longitud de onda, más estrecha, se parece a la del cielo despejado a mediodía.

 

Es por esto que las luces cálidas, con sus longitudes de onda más amplias que simulan la luz del atardecer o una vela, no son recomendables para el estudio. Este tipo de iluminación se aconseja para espacios dedicados al descanso, como una sala de estar donde no vamos a llevar a cabo actividades complejas o un dormitorio.

 

El Color Rendering Index (CRI) es la unidad que se ocupa de medir la capacidad de una luz de reproducir fielmente los colores de un objeto, tomando de referencia la luz natural. En español se denomina Índice de Reproducción cromática (IRC). Para estudiar, es recomendable que el IRC sea bajo, ya que de esta manera se impulsa la concentración y se descansan los ojos.

 

Teniendo en cuenta estas dos recomendaciones, debes elegir bombillas frías (4.000-5.000 Kelvins) y con un IRC bajo para las lámparas de tu espacio dedicado al estudio. No obstante, si vas a dedicar mucho tiempo al estudio durante muchos días, te recomendamos que moderes la temperatura de tus bombillas buscando una luz más neutra.